lunes, 30 de junio de 2008

Golpe de suerte

Estuve trabajando desde el jueves hasta el sábado en el Festival Erótico de Barcelona traspasado a un polígono industrial a las afueras de Madrid. Mi trabajo conlleva este tipo de responsabilidades:
El día del cierre, a las 4 de la mañana, me metí en la piscina, acalorada, semidesnuda y ebria, siguiendo a una mistress alemana cubierta de tatuajes (Basia) y a su peligrosa ninfa (Leti).
Cuando estaba en pleno disfrute sáfico, purificada de cloro y manoseada por el espíritu de las aguas me cayó un hombre del cielo. Literalmente. Me explico: la piscina tenía un "toboga", como llamó Basia al tobogán, y un pajillero se había deslizado por él para caer justo sobre mi cabeza, propinándome un golpe que me dejó completamente atontada.
En una escena fellinesca la dominatriz no me pegaba, me abrazaba, ofreciéndome consuelo, mientras yo me desgañitaba de dolor y lágrimas y bajo mi pelo florecía una estrella rosa sangrante. Varias decenas de curiosos y fotógrafos seguían la escena divertidos, pensando que era una performance bdsm previamente ensayada.
Basia y Leti me aconsejaron lanzarme del toboga para olvidar el dolor y así lo hice. Mi cuerpo se deslizó a toda velocidad hacia el vacío. Hacía tiempo que no me tiraba por un tobogán acuático, es altamente recomendable por el miedo y la felicidad que te da. Salí de la piscina y me fui directo a la barra, allí me esperaba otro golpe, no sé si era de suerte.

Esto que tocas no es un libro, esto que tocas es mi cuerpo

El viernes fue la presentación de mi libro en la librería-bar El bandido doblemente armado de la calle Apodaca en Madrid. Llegué y lo primero fue ver mi libro en el escaparate, al lado del libro de Bolaño Salvaje. Chachi, como dicen los niños aquí. Pero lo más bonito fue volver a ver a mis amigos: a Diego Salazar, Toño Angulo, Elisa Fuenzalida, Sergio Galarza, Edmundo Paz Soldán y Carolina Ethel; y conocer a otros, espero, nuevos amigos, como Elena Medel, poeta sevillana enamorada de Iker Casillas (cosa que nos une profundamente), el arquero de la selección española, al que dedicó un poema en un libro que se llama "Mi primer bikini"; y a Raquel Platero, autora de Melusina; y más chicas como Etna y Luchía, Eva y la bellísima novia de Galarza; también conocer a un señor que me regaló unos versos escritos en una servilleta después de decirme que le gustaba mi manera de leer. Allí estaban Ana S. Pareja y José Pons, espléndidos con los bolsillos llenos de vales por copas gratis. Luego nos fuimos a comer a un peruano, "El dorado", y Julián Rodríguez, mi presentador, escritor y editor de Periférica, pidió un bisteck con ensalada. No importa, porque esa noche leyó algo que escribió en un ciberpaki. Elijo unos fragmentos, sin culpa, porque el texto ya era de por sí bastante fragmentario:

"Esto que tocas no es un libro
Esto que tocas es mi cuerpo
Estos versos, ese poema de Juan Antonio González Iglesias, que enlazan con su eros es más, el amor es más, me ha venido a la cabeza esta mañana
Tren Cáceres Madrid, nueve y pico
Segunda lectura de Sexografías
Esto que tocas no es un libro
Esto que tocas es mi cuerpo
Quién dijo que el sexo era la mayor demostración de pureza?
No lo recuerdo, pero sí a Bataille, sí su "indefensión del sexo", sí su pureza del sexo.
Leemos sobre sexo y pensamos en nuestro sexo
En el sexo que hemos tenido, en el que tenemos, en el que tendremos
Quiero refugiarme en el amor, dice Gabriela en el club de intercambios
¿Es este un libro sólo sobre sexo?
Mi cuerpo es un campo de batalla
Alegoría de la carne, diría Carolee Scheeman
El libro, este libro, como performance, como viaje:
Como memorias
Un fragmento de intimidad expuesta

En otro poema de González Iglesias se compara al cantante Robbie Williams con Agustín de Hipona
Ambos dicen lo mismo, han pasado siglos:
Hablan del sexo:
Dicen:
Señor, hazme puro, pero no todavía.
Queremos vivir antes
Queremos nuestro sexo, mucho sexo
El sexo es pureza en un poema de Artaud que debía haber escrito Blaise Cendrars

Bajé a un locutorio de Internet, me puse a escribir esto
Volví a pensar en la ternura de este libro
La ternura que contiene y el voltaje de su, atención: rima, lenguaje...
Y, aunque fueran falsos, parecerían llenos de vida
Vividos, diré otra vez.
Quizá no salió de casa
No fue al Bois de Boulogne
No fue a ese local de intercambio de parejas
Eso no le daría más valor al libro: no amo tanto la realidad..."




Del querido diario a la autoteoría


Artículo publicado en El Dominical de El Comercio de Perú este fin de semana.


Del querido diario a la autoteoría

Escrituras desde la intimidad, gonzos, performances literarias y otros textos pornográficos


Por Gabriela Wiener*
Para qué escribir sobre ti mismo, por qué escribir sobre un esposo que cae fulminado de un infarto después de cenar el pollo que le preparaste; sobre el padre que quiere que te vistas como una princesa cuando tú quieres ir de vaquero. A quién le importa si tu idea del amor es visitar innumerables veces las salas de emergencia de un hospital; o que a los quince años tu máxima diversión sea acostarte y fumar hierba con el esposo de tu madre. Por qué alguien leería la historia del tratamiento de testosterona al que te has sometido, no para convertirte en hombre, sino para edificar una "autoteoría".

Beatriz Preciado (Burgos, 1970) urde teorías. Alison Bechdel escribe novelas gráficas, Joan Didion (California, 1934), memorias y ensayo, Lydia Lunch (Nueva York, 1959) y Phoebe Gloeckner (Philadelphia, 1960) escriben diarios íntimos. No importa el continente narrativo, son discursos íntimos, escrituras pornográficas, susurros o gritos que llegan desde la habitación de al lado. Hay en todas ellas una dimensión física en la escritura y una apuesta por la recreación, aunque sus conexiones sean diversas. En algunos casos es como el body paint, en otros, como los tatuajes, una escritura sobre el cuerpo, una memoria de la piel, una marca que habla. Hay casos en que la escritura es performance pura, una exploración de los propios límites que el autor va descubriendo en el camino, para sí mismo y para el lector, como en medio de una acción callejera, una cosa viva que va hacia alguien, se transforma al contacto con la experiencia del otro y lo interpela. La intimidad en estas autoras no es sólo lo que se ve a través del ojo mágico de la puerta, es también lo que hay fuera del ojo y es el mismo ojo invertido.

Joan Didion escribió una crónica de esa nueva realidad que se abrió bajo sus zapatos tras la muerte repentina de su esposo, de ese año en que volvió a un pensamiento pre-racionalista. Didion no tiró los zapatos de John porque él podía necesitarlos y volver por ellos. Algunos críticos dicen que "El año del pensamiento mágico" (GlobalRhythm, 2006) se lee como una novela de suspenso porque la narración de Didion es un repaso obsesivo por esas últimas horas a la caza de pistas que le ayuden a reconstruir el rompecabezas del duelo y de la pérdida. El por qué uno se sienta a cenar y la vida que conoces se acaba.

En "Fun Home. Una familia tragicómica" (Mondadori, 2008), Alison Bechdel también está buscando respuestas pero sobre su padre, alguien que maquilla muertos en una funeraria, obsesionado con su casa neogótica victoriana y que "trata a sus hijos como muebles y a sus muebles como hijos". La autora está buscando revelaciones en las notas al margen que el padre dejó en un libro antes de suicidarse, en las fotos en que éste aparece al lado de adolescentes con el torso desnudo. Pero también en los borrones de sus propios diarios de niña y en el descubrimiento paulatino de su identidad lesbiana. Porque entre padre e hija hay un juego de correspondencias, de espejos e historias entrelazadas. Bechdel se dibuja de niña, con una expresión de asco, limpiando algunas de las piezas de colección del padre. El texto de la viñeta es categórico: "Desarrollé un franco desprecio hacia lo puramente ornamental. Eran adornos. Eran mentiras". El propósito narrativo de Bechdel es el de desenmascarar, pero en un proceso en el que no importa tanto que él salga del armario como que siga siendo su héroe. Antológico el elocuente silencio sólo interrumpido por breves diálogos de padre e hija en el carro:

-De pequeño quería ser niña.

-¡Yo quería ser un chico!

Otra que lucha contra la mentira es Lydia Lunch. En "Paradoxia. Diario de una depredadora" (Melusina, 2008), la escritora y performer, colaboradora de Nick Cave y Sonic Youth, escribe un diario sexual a cerca de su particular autodegradación entre los miles de corazones rotos de Nueva York, su paso de víctima a victimaria, la laceración de cada encuentro íntimo y esperpéntico, los olores, sudores y fluidos viajando a través de su proyecto predador, el modo en que, según su prologuista Virgine Despentes, "fuerza el cuerpo para que escupa su verdad".

El relato de palabras e imágenes de Phoebe Gloeckner también es un diario, pero es el "Diario de una adolescente" (La cúpula, 2007), esos diarios que son rosaditos y floreados por fuera, que tienen una llave diminuta para la diminuta cerradura y olor a jabón. Pero dentro hallamos a una pequeña Bukowski que se emborracha, se tira al marido de su madre, desea a sus amigas y escribe: "No recuerdo haber nacido. Era una niña muy fea. Mi aspecto no ha mejorado, así que supongo que fue un golpe de suerte que él se sintiera atraído por mi juventud". Gloeckner te convierte en fisgón, no, peor, te convierte en la madre que lo lee a escondidas.

"Este es el modo en que se construye y se deconstruye la subjetividad", dice Beatriz Preciado, una de las forjadoras del movimiento queer europeo (del que ahora reniega), teórica del transgénero y el postporno. En España acaba de publicar "Testo Yonkie" (Espasa, 2008), no se trata de una "autoficción", como suele llamarse al escurridizo ejercicio autobiográfico, sino de un "ensayo corporal", una experiencia política y una forma de "insurrección sexual a través de la escritura": un poco de su tesis, otro tanto de descripciones pornográficas de sexo transexual y administración adictiva de hormonas masculinas fuera de la ley. A Preciado no le interesa lo individual, no habla de sus sentimientos, lo que realmente le importa es cómo esos sentimientos "son atravesados por lo que no es mío". Como un dildo. Nora Catelli, argentina estudiosa del fenómeno autobiográfico, dice que "en lo íntimo no reside la verdad de la historia sino la vía para comprender a la historia como síntoma". En esa historia- quizá en una post sexual, bio-política y farmacodependiente- se inserta el experimento gonzo de Preciado.

Didion ha confesado que "El año del pensamiento mágico" fue un libro "inevitable". Todos estos textos comparten la condición de lo necesario y urgente. Cuando se acaban de publicar los "Cuadernos de la Guerra" (Siruela, 2008) de Marguerite Durás, que según los cables han sido "rescatados de los armarios azules de su casa en Neauphle-le-Château", no puede sonarnos sino a una entrañable anacronía (y un poco también a gruesa estrategia de márketing) que los diarios tengan que ser "rescatados" de los sótanos de la creación de un artista, sobre todo en la llamada "era de la intimidad" y en pleno desborde de los ego-blogs. Las prosas de la interioridad son ubicuas pero sólo algunas alcanzan la categoría de innegociables -como los libros de Bechdel o Didion-, avivando una poderosa tradición que hace mucho saltó del cajón a la mesa de noche.

*Es periodista. Su libro "Sexografías" (Melusina) se acaba de editar en España y en diciembre llegará a Lima con la editorial Planeta.

miércoles, 25 de junio de 2008

Hablemos realmente de sexo

Así se titula la entrevista de Álvaro Colomer que aparece hoy en la web de Yo dona.
No pongo el pantallazo porque sale otra vez la foto de los brazos cruzados.
Se puede leer aquí: link.
Me divertí mucho contestándola. La introducción de Álvaro es megaelogiosa, por un pelo y me sonroja:
"La periodista Gabriela Wiener (Lima, 1975) acaba de publicar 'Sexografías' (Melusina), un libro de crónicas en torno al mundo del sexo que sorprende por la capacidad de la autora para mostrarnos otra forma de hablar sobre uno de los temas más maltratados del periodismo contemporáneo. Porque Wiener no es una de esas escritoras que compila todos los tópicos del mercado sexual para convertir su libro en un "best seller", sino una cronista que se mete en el cogollo del asunto, que experimenta en sus propias carnes aquello de lo que va a hablar y que convierte sus experiencias en unos relatos de no ficción capaces de atrapar al lector desde la primera página. No en vano Gabriela Wiener es, probablemente, la máxima representante en nuestro país de eso que se ha dado en llamar Nuevo Periodismo Latinoamericano".
El lunes Juan Lafita me hará una sesión de fotos para Primera Línea y las usaremos para la promoción. Dice que quiere que sea como el poster del Exorcista. No sé por qué, es un artista conceptual, o probablemente no quiere que se me vea la cara.

martes, 24 de junio de 2008

Yo soy toda una dona

El escritor y periodista Álvaro Colomer, autor del muy interesante libro "Guardianes de la memoria"-un viaje por cinco ciudades estigmatizadas por megasucesos como Auschwitz y Chernóbil- publicó este texto en el Yo Dona, el suplemento mujeril de El Mundo. Pego un pantallazo de su blog, donde lo reproduce, porque no lo encuentro en la web de la revista. También me ha hecho una entrevista así que espero colgarla pronto.

lunes, 23 de junio de 2008

Vacas sagradas

He reactivado oportunistamente mi blog en el portal cultural de Fnac, además de porque me gusta el sitio, con ese rimbombante nombre "Blogs de Autor", y porque ahora está José Angel Mañas. Por ahora, como no tengo mucho tiempo, he colgado un post de este blog pero pienso escribir cosas diferentes. También tiene un blog ahí mi colega Juan Pablo Meneses, sin duda el mejor cronista de la new generation. Ayer empecé a leer el libro "La vida de una vaca", la historia de la Argentina contada a través del viaje que hace una vaca ("La Negra", propiedad de este cronista agropecuario) del pasto al plato. El libro también tiene un blog. Fue Juan Pablo el que me recomendó que hiciera un blog sobre Sexografías, aunque a mí ya se me había ocurrido antes. Hasta ahora el libro está resultando tan delicioso como un bife de chorizo.


Mis asuntos privados en el diario Público


Julio Villanueva Chang, mi gurú cronístico, escribe sobre el libro en su columna semanal del diario Público. Me llama coquetamente "la cronista más sexy".

jueves, 19 de junio de 2008

BP y su polla fantasmática de obrero


Desde hace unos días un solo libro va en mi bolso, lo leo mientras camino del metro a la oficina y duerme conmigo. Mi lectura de "Testo Yonki" responde al modelo adictivo, como ciertas relaciones amorosas descritas por Beatriz Preciado. Estoy intoxicada. Creo que mi adicción tiene que ver con algo más que mis vacíos teóricos o mis vacíos en general. Pensaba que sería un coñazo porque parte del libro es una tesis pero la tesis entra suavemente, gracias al lubricante de su escritura despojada, a caballo entre lo sublime, lo doctoral, lo desesperado y lo obsceno, un testimonio al filo del abismo plagado de descripciones pornográficas de sexo transexual y administración de hormonas masculinas fuera de la ley.

Ella dice que no es autobiografía, no es una "autoficción", sino un "ensayo corporal", una "experiencia política" y una forma de "insurrección sexual a través de la escritura". A Preciado no le interesa lo individual, no habla de sus sentimientos, lo que realmente le importa es cómo esos sentimientos "son atravesados por lo que no es mío". Como un dildo.

Copio aquí un fragmento que me encanta por lo chulillo que es:

"Desde niña poseo una polla fantasmática de obrero. Reacciono a casi cualquier culo que se mueve. Me da lo mismo que sean culos de niña o de mamá, de burguesa o de paisana, de marica, de monja, de lesbiana o de zorra. La respuesta es inmediata en mi sexo cerebral. Todas las chicas, las más guapas, las más heterosexuales, esas que esperan a un príncipe azul naturalmente testosteronado, están en realidad destinadas, aún sin saberlo, a volverse perras penetradas por mis dildos. Hasta los doce años estoy en un colegio no mixto y católico. Un verdadero paraíso lésbico. Las mejores niñas son para mí. Antes de haber tenido la ocasión de cruzar la calle y encontrarse con los niños del colegio de enfrente, ya han metido su lengua dentro de mi boca. Son mías."

miércoles, 18 de junio de 2008

Entrevista en El Confidencial


Creo que el pdf no está completo. Copio el link.

martes, 17 de junio de 2008

Dónde firmo


Fui a la inauguración del nuevo local de la librería La Central, en el Museo de Historia de la Ciudad, en plena calle Llibretería, en el Gótico. Mi misión era hablar con el dueño de La Central para un reportaje que estoy preparando para Gatopardo. La velada fue demoledora para el ánimo. Me tuve que encajar dos horas de discursos. Tres historiadores leyendo sin parar. Por suerte, cada vez que inauguran una nueva Central invitan a Enrique Vila-Matas, tanto así que para el escritor ser invitado a presentar locales de la Central se ha vuelto una superstición y tiembla cuando no lo invitan. Nos reímos un poco. Al término del acto le dije a Llu Ramis, que tiene una columna llamada Plexiglàs sobre la society literaria, que me acompañara a regalarle mi libro. Le di un ejemplar y cortesmente me pidió que se lo firmara. Vila Matas lo abrió en la página en blanco que hay antes de la página que lleva impreso el título y el nombre del autor. Yo estaba a punto de pergeñar mi dedicatoria cuando Llu, que acaba de publicar novela y que tiene muy fresco el tema, me hizo notar que uno debe firmar libros en la página siguiente, la del título y el nombre, que se llama algo así como "la página noble". Entonces Vila-Matas explicó que él firmaba sus libros en la primera página porque no tenía ninguna nobleza y porque así tenía más espacio para dibujar. Yo entonces volví a la página en blanco y escribí: "Para Enrique, en su página favorita". Luego nos lanzamos sobre el jamón de bellota sin nobleza alguna.

jueves, 12 de junio de 2008

El libro ya está a la venta


On line, en la web de la editorial Melusina.

Mutaciones


Fnac de Pl. Cataluña, miércoles, 11 de junio, 19.30 horas. Presentación de "Mutantes", la antología de mis amigos after pops, término acuñado por Eloy Fernández Porta para describir a estos X-Men. Otros dos brillantes escritores y amigos, Robert Juan Cantavella y Xavi Calvo, están leyendo fragmentos de sus libros, Robert un pasaje sobre unos gigantes que están dentro de unos molinos y Xavi un sesudo análisis de la serie Friends. Pero yo no puedo prestar atención porque ha llegado Ana con un increíble atuendo, un flequillo entrañable y dos bolsas llenas de ejemplares de Sexografías.

Nos hemos refugiado en la sección de Best Sellers para ver si se nos pega algo y ahí mismo me he enfrentado al objeto libro que lleva el título en rojo como el logo de Superman. Ana lo hace posar en una estantería. Lo miramos como a unos zapatos caros. Nos abrazamos precipitadamente triunfales, como siempre solemos hacer, por si el triunfo nunca llega. Ah, sí, publicar ya es un triunfo. La verdad es que hay que huír de falsas modestias cuando un hijo te ha salido guapo y a mí me ha pasado esa cosa increíble. Claramente gracias a Melusina, y a José Pons, a Ana S. Pareja y a Jordi Llobet, el diseñador de la cubierta. Sexo grupal.

Me dedico a regalar libros, a recibir muchos vivas y enhorabuenas, antes de salir pitando hacia el legendario bar Raval de la calle Doctor Dou, epicentro de grandes noches con el famoseo cultural barcelonés. Por ejemplo allí está el actor y cómico Pepe Rubianes. Melusana me obliga a acercarme y a darle el libro. Pepe me pide que le ponga un autógrafo y así lo hago. Su amigo, que está un poco borracho, dice que en un instante ha creído ver que el libro se llama Sexo gratis. Por un momento pienso que es un mejor título. Al final solo atino a decirle a Rubianes que bueno, que ahí hay sexo y que le ha salido gratis (risas).

Visiblemente emocionada, con el vestido verde que me puse para la sesión de fotos de ayer y que apenas me deja respirar, con tacones, sudores descontrolados y habiendo bebido sólo dos cervezas, opto por largarme del festejo. No sé, tengo ganas de yacer en mi cama con las palmas hacia arriba y sentirme totalmente vacía, como escribió Sylvia Plath. Sin ninguna pose. También quiero ir al baño, comer, ver televisión. Me voy sola. En el metro hojeo el libro, leo la dedicatoria, la nota a la presente edición, los agradecimientos, lo primero que leo de todos los libros y a veces lo único. Dejo escapar un quejido de felicidad y mi conjuntivitis disfraza todo lo demás.

El amor nos destrozará

Ojalá fuese una pantalla de seda de Warhol
Colgada de un árbol
O el pequeño Joe o quizá Lou
Me gustaría ser todos ellos
Todos los corazones rotos de Nueva York
Los secretos serían míos
Te pondría en el carrete de una película
Y quedaría muy bien.

(Poema del Día de San Valentín de Ian Curtis para su esposa Debbie, 1973)

miércoles, 11 de junio de 2008

11


Mi número. Post cifrado. Escribo antes de que se acabe este día. Y antes de que sean las doce, de que sea 12. Ya tengo mi libro en las manos. Gran momento. Mañana lo cuento.

Cuando llevas una polla en el bolso


Esta mañana me dirigí con la polla de Nacho Vidal en el bolso a mi encuentro con Laura, periodista de El Mundo para una entrevista. Quise colaborar con la sesión de fotos llevando algo de utilería. Craso error. A mí se me ocurrió que podría funcionar una foto en plan fetiche dándole un pisotón. Pero el fotógrafo no pudo evitar la tentación de fotografiarme en pose contemplativa frente a aquella réplica colosal, que además es protagonista de una de las crónicas del libro. Conclusión: la imagen es bastante parcial. Si el viernes salgo en el periódico mirando un polla en actitud devocional hay que creerse sólo la mitad.

De regreso iba muy campante bajando por la plaza San Jaume y picando unos cachuetes crocantes de una bolsa de plástico cuando un chico se me puso en frente. Casi no lo reconozco, alguien con traje a esa hora de la mañana sólo podía querer venderme algo o ser un Testigo de Jehová. Pero no, era un antiguo conocido, abogado en ejercicio, que regresaba de los tribunales que tienen su cede por allí cerca.

Le conté lo del libro, de dónde venía y le enseñé coqueta lo que tenía dentro del bolso.

-Esa la conozco- dijo.

Es la de Nacho Vidal, tamaño natural, le dije queriendo hacerme la graciosa.

-Claro, claro, si nosotros teníamos una como esa en la oficina, hasta que alguien se la robó. Todavía no encontramos a la/el culpable.

Para no alargarlo más: supe en ese momento que mi amigo es parte del bufete de abogados que le lleva las cuitas a Nacho. La estrella del porno les regaló una polla, como a mí en su día. De repente me vi contándole que yo había escrito una crónica sobre un encuentro que tuve con Nacho Vidal y en un delirio me permití bromear con genuino nerviosismo: "Imagínate que me denuncia y tú tienes que acusarme, jeje".

Puso cara de abogado y me dijo que de la parte penal se encargaban otros. La palabra penal me asustó bastante pero volvimos a sentirnos los dos amigos que éramos, comentando a cerca de los bemoles de ser un hombre público como Nacho y de que cualquiera pueda llevar su polla en el bolso.


lunes, 9 de junio de 2008

Hablando con mi editora





En el Blog de Ediciona.com, Maricarmen Chirinos escribe a cerca de la autopromoción literaria en la era de la 2.0. Léelo aquí.

Juan Bonilla en El Mundo sobre Sexografías


viernes, 6 de junio de 2008

My Diary



Ayer estuve chateando con uno de mis ex novios y me preguntó si él salía en el libro. Le contesté que no, que sobre él hablo en mi siguiente libro, en el que cuento cómo perdí la virginidad en una escalera y cuando tuve mi primer aborto. Me recordó que en esa época yo solía salir a la calle sin calzón, con unos trajes muy cortos, mientras llevábamos a orinar a su tigrillo. Yo tenía un simple perro. También me recordó que me penetraba ahí, de pie, en los jardines de la Residencial San Felipe, a plena luz del día. Casualmente, ayer Ana me dejó la novela (casi gráfica) "Diario de una adolescente" de Phoebe Gloeckner, para usarlo en un artículo que estoy preparando sobre algo así como "escrituras íntimas". En lo que llevo de leído, la protagonista, una chica de quince años, se folla a su padrastro entre borrachera y borrachera y está a punto de hacerlo con su mejor amiga. Qué comunes son las vidas de los adolescentes. Una pasa años creyendo tener una existencia excepcional y resulta que es una pervertida del montón. Una "ruca", esa palabra que en Lima de finales de los ochenta servía para estigmatizar a las chicas a las que les gustaba muucho el sexo pero fingían, o creían, que estaban buscando el amor. Mi ex de la adolescencia, a quien amé locamente, me preguntó esta vez si él quedaba como el malo de la historia. Le preocupaba porque es un hombre público, dijo. Después de superar su adicción a la cocaína, se ha vuelto peluquero y creo que peina famosos. Le dije que al contrario, que él quedaba como el bueno, que el malo es otro. Porque es la verdad, él es el bueno. De regalo, me envió una foto reciente en la que sólo se ve su pene erecto y un cigarro encendido, como si el pene fumara. Me sentí como mi hermanita de quince años que no hace otra cosa que chatear. Antes al menos los penes no eran virtuales, para bien o para mal.

jueves, 5 de junio de 2008

En "La trastienda"



Ayer en las páginas de libros de El Periódico de Cataluña, el estupendo periodista Ricard Ruiz mencionó "Sexografías". Es la primera vez que sale algo del libro en la prensa local y me alegra que sea por culpa de Ricard, que siempre va a la vanguardia de todo y por eso tiene esta página sobre libros que se vienen. Comparto noticia con un libro sobre la lucha por la salvación de un árbol del barrio barcelonés de San Gervasi (La plaza del azufaifo, Isabel Núñez). En una curiosa asociación, Ricard habla de "dos luchas a brazo partido". La mía sería la de una "cronista decidida a recorrer los rincones más explícitos del sexo". Lo del brazo en mi caso es un eufemismo.

Fun Home


"Lo que recuerdo con mayor claridad es cuando mi padre me enjugaba con aquel vaso morado de metal.... El calor que me envolvía cuando vertía el agua caliente sobre mí.... Y el repentino e insoportable frío de su ausencia..."

En el dibujo, la niña mojada dice: "otra vez".

El cómic autobiográfico de Alison Bechdel es todo lo que necesitaba leer para reafirmarme en mi vocación autorreferencial. Este libro tiene todo lo que me gusta: un yo, padres fríos y barrocos, lesbianas, funerarias, libros clásicos, armarios, diarios íntimos, masturbaciones, identidades en pugna. Trata de una hija que se pregunta quién es su padre. Él quiere que ella se vista como una lady, como a él le hubiera gustado vestirse, pero ella quiere jugar a los soldados y lucir como chico. Gana ella. Juego de espejos.

En la portada de Letras Libres

Ey, ayer llegó a mis manos el último número de la revista Letras Libres (edición española). Los liberales han publicado un especial sobre el mundo animal, en el que escriben los siguientes autores (ver captura del banner). Vean a la conceptual cebrita en el cruce de Abbey Road y yo arriba de José Alejandro Castaño, el gran cronista colombiano. Mi historia zoofílica con los cerdos, que es el colmo de la concientización ecologista, se publica aquí íntegra y a manera de adelanto del libro, pues también la historia de los marranos forma parte de estas sexografías.


La pueden leer aquí: Amores Puercos

miércoles, 4 de junio de 2008

Mis Cuerpos

Sexografías es una selección de mis crónicas que publicará la editorial Melusina en España. Todas tienen algo que ver con el sexo, con una manera de narrar lo real, con una serie de personajes radicales y conmigo. El libro sale en dos semanas. Estaré por aquí, también.