Un viaje kamikaze lleva a la cronista Gabriela Wiener a infiltrarse en cárceles limeñas, exponerse a intercambios sexuales en clubs de swingers, transitar los oscuros senderos del Bois de Boulogne parisino para convivir con travestis y putas, someterse a un complicado proceso de donación de óvulos, participar en un ritual de ingestión de ayahuasca en la selva amazónica o a colarse en las alcobas de superestrellas del porno como Nacho Vidal. Todo con una única finalidad: conseguir la exclusiva más ególatra, el titular más sabroso y la noticia más delirante. Afortunadamente, esta joven heroína del gonzo más extremo sale indemne y puede contarlo, y lo hace con una mordacidad y una clarividencia digna de los mejores maestros de los años dorados del Nuevo Periodismo. Un recorrido temerario y trepidante por el lado más salvaje del periodismo narrativo.
La autora
Gabriela Wiener (Lima, 1975) Escritora y periodista. Sus primeras crónicas aparecieron en la revista Etiqueta Negra, de la que es corresponsal en Barcelona. Publica regularmente en periódicos y revistas de España y América. Actualmente escribe crónicas en clave gonzo para el diario El País. "Sexografías" es su primer libro.
"El resultado es una recopilación de crónicas que no se lee como una recopilación de crónicas. Se lee como unas memorias. Los sujetos se suceden y despiertan sonrisas, risas o repulsión, alternativamente, pero al final lo que ha captado verdaderamente nuestra atención es el yo de la narradora. Es ella quien nos atrae con su combinación de autoparodia, exhibicionismo, ironía y sinceridad...El libro cautiva porque su protagonista cautiva".
Javier Calvo
"La lectura de Sexografías nos produce la perversa pero nada culposa alegría de habernos cruzado con una suerte de Marco Polo hembra y X-Rated. Sólo que en el caso de esta implacable y arriesgada y sabia y llena de gracia viajera y cronista que es Gabriela Wiener todo parece ser --y es-- rigurosamente cierto y verdadero y real. Abandonad --vale la pena hacerlo-- todo pudor quienes entren y penetren aquí: Wiener pone el cuerpo y las palabras; pongan ustedes las manos para sostener y tocar lo que escribe, los ojos para mirarla leyéndola y, más que bien acompañados, gocen de una de las voces --literal y literariamente-- más sexys de los últimos tiempos".
Rodrigo Fresán
Leibovitz
"Gabriela Wiener se pasea por los mundos del sexo como una antropóloga curiosa que visita un planeta de alienígenas: observadora, detallista, divertida, aguda y atinada traductora del disparate de la vida."
Rosa Montero
Gabriela Wiener es capaz de pasar una noche con un gurú peruano y sus seis esposas, o visitar con su pareja un club de swingers en Barcelona. Si para ser escritor uno debe desprenderse de cualquier tipo de pudor (hay que escribir sobre aquello que nos avergonzaría contarlo en público), Gabriela nos muestra cómo se hace en estas crónicas inteligentes, lúcidas y divertidas que desafían lo que entendemos por normal en el sexo. Gabriela nos revela todo un mundo fascinante porque no tiene miedo a revelarse. Pasen y descubran por qué esta peruana se ha convertido en uno de los referentes imprescindibles de la crónica hispanoamericana actual.
Edmundo Paz Soldán
Leibovitz
Lea este libro en la intimidad, con su pareja o con otros adultos previo consentimiento. léalo usando protección y sin descuidar los jugueteos preliminares. pero léalo. gaby wiener nunca ha decepcionado a sus lascivos, lujuriosos e insaciables lectores.
Santiago Roncagliolo
Por extraordinarios que nos parezcan algunos de los personajes reunidos en Sexografías, ninguno resultará tan fascinante como la propia cronista que les da vida y los acoge. La cronista, gabriela Wiener, es además uno de sus personajes, a veces secundario como un testigo sin el que lo demás no tendría sentido, otras muy principal. Desdibuja las fronteras entre la periodista y la exploradora en pos de sí misma, del conocimiento, o de la experimentación.
Hay un texto en el que, acompañándose de su marido, va a un club de intercambio de parejas. El lector podrá preguntarse si cumple así con el encargo de alguna revista o con el de su propia alma: la respuesta acaba careciendo de importancia, pues por el mismo precio Gabriela Wiener se las compone para darnos una idea muy precisa de cómo son esos clubes y de cómo es ella. Por supuesto practica el periodismo gonzo (lo deja meridianamente claro al afirmar su idolatría por Louis Lane), pero rescata a la modalidad de uno de sus más claros y pesados peligros: el narcisismo, culpable de que en tantos textos gonzos pesen lo mismo la tragedia de un entrevistado y lo que ha desayunado el periodista.
No hay asomo de narcisismo banal en este libro, de ahí que acabemos impresionados por las andanzas de la periodista sin que la presencia constante del yo resulte opresiva. Un ya legendario actor porno, unos presidiarios que lleven tatuadas sus historias, un polígamo y sus esposas, un brujo que domina las artes de la ayahuasca, la pareja formada por un chico que fue chica y por una chica que fue chico, son algunos de los miembros de la cofradía que nos presenta Wiener. Todos ellos singulares, vivos, extraordinarios: la encargada de inyectarles esa vida que palpita en estas páginas con prosa veloz y cuidada, es una periodista que de alguna manera se ha convencido de que ser periodista consiste en ser Homero y ser Ulises a la vez: el encargado de naufragar en pos de una cada vez más lejana Itaca y el encargado de narrarlo unidos en la misma persona. El resultado de esa unión es este libro fascinante.
1 comentario:
un grande el abuelo... y lindo el uniforme, además.
a
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